jueves, 11 de agosto de 2016

La conmovedora historia de dos ancianos italianos a los que agentes de policía les cocinaron un plato de pasta





Jole y Michele, una pareja de ancianos de Roma. Questura di Roma
Image caption Los vecinos llamaron a la policía de Roma alarmados por los llantos desconsolados que salían del apartamento de Jole y Michele.

Jole, de 89 años, y su marido Michele, de 94, llevan casados desde hace 70 años y como muchos ancianos en Roma (Italia), viven sin asistencia.
Hace unos días, alertados por los gritos y llantos desconsolados de la pareja, sus vecinos llamaron a la policía para que acudiera a investigar qué sucedía en su apartamento.
Cuando llegaron, sin embargo, los policías no hallaron indicio de ningún crimen ni nadie a quien arrestar.
Sólo encontraron a dos ancianos derrotados por la soledad.
La vida de Jole y Michele nunca es fácil, pero el verano es especialmente duro, porque la ciudad se vacía y sus vecinos se van vacaciones.
Como tantas otras noches calurosas de verano, Jole había encendido la televisión, la única compañía que hoy tienen estos dos ancianos, a quienes nadie visita.

Habían perdido la esperanza

Pero esta noche en particular, Jole no pudo seguir viendo el televisor, abrumada por las tristes noticias sobre la guerra, unos atentados terroristas, unos niños abusados en una guardería…

Jole y Michele, una pareja de ancianos de Roma.Image copyright Questura Di Roma
Image caption Los policías cocinaron pasta con mantequilla y queso para los ancianos.
Cuando los cuatro policías hablaron con los ancianos, enseguida se dieron cuenta de que no se trataba de un robo o una estafa, crímenes comunes que sufren los ancianos. El único crimen aquí era haberse hecho viejos en soledad.
"A veces la soledad se transforma en llanto. Es como una tormenta de verano. Llega de repente y te arrolla. Y cuando la soledad se convierte en un peso en el corazón, puede suceder que se pierda la esperanza, como ha pasado ahora", explicó la Jefatura de Policía de Roma en un emotivo comunicado sobre el caso.

Ser hombres en vez de policías

Los policías miraron a su alrededor un cúmulo de recuerdos de toda una vida, pero invadidos por la soledad; una soledad que quedaba resumida en tres tristes uvas colgando de un racimo en descomposición en el frutero del comedor y un vacío refrigerador.
Así que mientras esperaban a la ambulancia para verificar que la pareja estaba bien, los policías pidieron permiso para abrir su despensa e improvisaron una pequeña cena "en familia".
Un plato de pasta con mantequilla y queso.

No hubo arrestos que realizar

El agente Andrea se puso a cocinar mientras los otros policías - Alessandro, Ernesto y Mirko - entretenían a los ancianos.
Y así, no hubo partes que rellenar, ni multas que poner, ni arrestos que realizar.
Sólo un plato de pasta que cocinar y dos ancianos a los que acompañar.
Personas de diferentes países han dejado miles de mensajes en la página Facebook de la Jefatura de Policía de Roma con cariñosos mensajes para los ancianos y los cuatro policías que les ayudaron.
También hay quienes se han ofrecido a escribir cartas a Joel y Michele, incluso desde remotas partes del mundo, para que no vuelvan a sentirse solos.


(Tomado de la BBCmundo)

martes, 2 de agosto de 2016

Carta de una madre a su hija




 

 

Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces
, no me interrumpas para

decirme eso ya me lo contaste solamente escúchame por favor. Y recordar los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida.

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña. Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada. Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida.



El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme. Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante. Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches.

Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos. Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor. Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré. Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija...

Texto : Anónimo

Fotos : Pixabay (Tomado de facilísimo.com)