domingo, 20 de septiembre de 2015

El Papa Francisco:En el viento de La Habana

 Por Darío Pignotti

Desde La Habana

Francisco bajó del avión a las 16.04, en pleno viento de la época de
tormentas cubana. Las sotanas y guayaberas flameaban, su solideo se
voló. Unas cien mil personas saludaron el papamóvil, mientras Radio
Rebelde, la estación fundada por otro argentino, el Che, hacía una
cobertura especial sobre la visita de “Su Santidad”. Los mensajes
incluían criticar las medidas de EE.UU. sobre el embargo como
“limitadas” y darle bastante espacio a la presencia de Cristina
Fernández de Kirchner. Raúl Castro dio un discurso de bienvenida al
Papa que incluyó un tema de la presidenta argentina, “la
desestabilizadora” contra los gobiernos progresistas de Latinoamérica.

La Habana es una Babel de periodistas internacionales, peregrinos
venidos de Latinoamérica y Estados Unidos, turistas transparentes de
tan blancos que pasean con sandalias y medias por el Malecón, a la
altura del Monumento al Maine, el navío norteamericano hundido en 1898
cuando estaba fondeado frente a costa. Uno de los viajeros “gringos”
fotografía las dos columnas que recuerdan el incidente que sirvió de
pretexto para la invasión a la isla. Otros se desentienden del
monumento, que está a pocas cuadras de la embajada norteamericana
reabierta en julio pasado.

“Es bueno que el papa argentino nos venga a visitar –dice una de las
espléndidas morenas que pasean por el Malecón–. No soy católica pero
me doy bien con los católicos.” Esto es típico y si bien la acogida a
Bergoglio es afectuosa, expansiva, bien a la cubana, no se percibe el
fervor de México u otros países más arraigadamente católicos.

En la catedral, una joya de la arquitectura barroca, donde hoy estará
el Pontífice, decenas de jóvenes oraron y cantaron hasta casi la
medianoche del viernes, ellos sí con un entusiasmo místico. Los
cubanos católicos representan una minoría de una población que es “muy
religiosa” pero en su mayoría cultiva la santería, traída por los
esclavos africanos “como sucede en Bahía”, comparó ayer el teólogo
Frei Betto. “Francisco merece recibir el Premio Nobel de la Paz por
todo lo que ya ha hecho” para aproximar a los gobiernos cubano y
norteamericano. “El hecho de que el Papa haya venido a Cuba antes que
ir a Estados Unidos es un reconocimiento a la soberanía de este país.
Alguien se preguntó por qué eligió ir a Holguín, es porque es la
ciudad más cercana a la base de Guantánamo.”

Betto recordó que en los años sesenta, la revolución enfrentó una
verdadera sedición católica, con las iglesias funcionando como centros
políticos. Hasta hubo “un cura loco” que llevó 14.000 chicos a Estados
Unidos diciendo que “el comunismo los iba a apartar de sus padres”.
Sólo en los ’80 y en parte gracias a Betto, mejoraron las relaciones
con la institución.

Otro artículo de Hechos de Hoy, España:


Francisco, un táctico inescrutable que provoca ansiedad y esperanza 

 Francisco, táctico inescrutable que provoca ansiedad y esperanza Francisco, con su cartera en mano, en el momento de dejar Italia. (Foto: OR)

En el comienzo del viaje más trascendental del Papa, The New York Times trazó la dimensión del jesuita que derribó muros entre Barack Obama y Raúl Castro.

   


La Habana en ebullición con doble protagonismo de Argentina (ver en Hechos de HoyLa Habana, un hervidero con la alta misión que acompaña a Cristina).
Francisco partió de Roma y Cristina Kirchner lo hizo desde Buenos Aires. La presidenta de Argentina llegó al aeropuerto internacional José Martí tras su escala en Ciudad de Panamá a bordo del avión presidencial, el Tango 01. "Dos argentinos en Cuba es una experiencia maravillosa", dijo al llegar al Hotel Nacional de La Habana.
Desde el momento en que pisó Cuba mostró que será una de las protagonistas reivindicando su proyección de aliada número uno de Fidel Castro y Raúl Castro. Calificó de histórico el momento.
"Todo lo que está viviendo Cuba, con la llegada del Papa, la misa de mañana (domingo) en la Plaza de la Revolución, verdadero símbolo, y fundamentalmente por el afecto y el cariño que tenemos por el pueblo de Cuba, por su historia, por sus valerosas luchas, por sus logros, por sus conquistas y, por qué no, por sus victorias", dijo Cristina Kirchner. La embajadora de Argentina en Cuba, Juliana Marino, no descartó altas expectativas en este viaje de la presidenta.
El cambio de ansiedad y esperanza
En Cuba y Estados Unidos, la atención ya figura con fuerza en todos detalles que rodean el viaje del papa Francisco. Es la décima gira de Francisco durante su breve papado. Un Papa que parece querer ejecutar rápidamente su agenda como si tuviera el presentimiento de que las agujas de su reloj giran apresuradamente. de forma más vertiginosa.
The New York Times trazó un vigoroso retrato de Jorge Bergoglio, el jesuita que se convirtió en el papa Francisco, antes de su llegada a La Habana.

"Francisco, el primer Papa latinoamericano, dejó su vida en Argentina para tratar de crear un papado más humilde, aunque con grandes ambiciones. Su empuje para el cambio ha despertado la esperanza y la ansiedad", señaló.
"Días después de la elección de Francisco, la voz llegó a la oficina de prensa del Vaticano que el nuevo pontífice estaba celebrando de forma inesperada una misa de mañana. Otros Papas habían presidido anteriormente servicios por la mañana, cosa que el mundo y la oficina de prensa del Vaticano se darían cuenta que el Papa haría las cosas a su manera. Esta misa fue ofrecida en la pequeña capilla de la casa de huéspedes del Vaticano, donde Francisco había elegido vivir - no, como en años anteriores, en el ornamentado palacio apostólico. Sus fieles no fueron los cardenales de la Curia Romana, sino los jardineros, conserjes y trabajadores de la oficina del Vaticano. Y Francisco no solo la presidía, sino que al igual que el papa Juan Pablo II, la estaba oficiando y brindando, sin notas, como si fuera un simple sacerdote de la parroquia. Pero uno con un gran mensaje", destacó The New York Times.

"La iglesia pide a todos a cambiar ciertas cosas", dijo Francisco en una de sus homilías de la mañana, mientras se invoca una lectura de la Escritura de San Pablo. "El nos pide que dejar de lado las estructuras decadentes - son inútiles."

The New York Times subrayó el nuevo estilo en Ciudad del Vaticano. "El simbolismo de los servicios de la mañana, que Francisco tiene ahora cuatro veces a la semana, es claro: un papado más humilde, donde el Papa es ante todo, un pastor para el rebaño, no un rey. Pero un papado más humilde apenas significa ambiciones papales más humildes. Francisco no sólo está tratando de cambiar la Iglesia Católica Romana. Él parece decidido a cambiar el mundo".

En este análisis se afirma que "se espera que los Papas desafíen la sociedad, pero Francisco, de 78 años, que aterriza en Cuba hoy y se prepara para llegar a Washington el martes para su primera visita a los Estados Unidos, ha alcanzado una estatura global única en poco tiempo. Su humilde persona le ha hecho inmensamente popular, una figura sonriente sumergirse en multitudes en la Plaza de San Pedro. Habla en términos muy personales sobre personas desechados por la economía global, si los refugiados se ahogaron en el mar o las mujeres obligadas a prostituirse. Sus ampollas críticas a la destrucción del medio ambiente han aprovechado la atención del mundo".

The New York Times explica que Francisco es también es un táctico inescrutable cuya presión para cambiar la iglesia ha provocado ansiedad y esperanza - y algo de escepticismo. "Muchos conservadores proyectan sus miedos sobre él. Muchos liberales asumen que es un alma gemela. Otros argumentan que Francisco está menos preocupado por la izquierda o la derecha, ya que de lo que se trata de revertir es la disminución de la popularidad de la Iglesia en América latina y más allá".

"Francisco no ha revelado plenamente su mano. Pero ya su misión espiritual para poner a los pobres en el centro de la iglesia le ha permitido empuje al centro del debate mundial sobre cuestiones como el cambio climático, la migración y el post-2008 replanteamiento de la economía capitalista", sentencia The New York Times.

viernes, 21 de agosto de 2015

Nombres iguales, plazas diferentes



Hay millares de personas que no nacieron en Cuba, ni emigraron de ella, sin embargo, unos son cubanos y otros habaneros.

Marta G. Sojo

Los nombres se repiten. Desde tiempos remotos personas y lugares heredan los apelativos más gustados por quienes han tenido la facultad de darle un nombre propio a una ciudad o un ser humano. Infinidad de circunstancias pueden haber servido de inspiración para esas ocurrencias. Esta historia de  eso trata.
Diversas localidades en Estados Unidos, poseen igual nombre que nuestra isla caribeña, incluso que su capital.
Una vez leí cuando estaba en labores en la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos, un folleto del departamento de correos donde aparecían, no recuerdo si todos o por lo menos una gran cantidad de poblados norteamericanos donde se señalaba el código postal de cada uno.  Aunque en aquel momento no seguí el hilo de este inédito hallazgo, años después me puse a averiguar, claro ya estaba internet en funciones, y era mucho más fácil la investigación.
Así pude explorar algunas referencias que me llevaron a enterarme que en el siglo XIX, cuando circulaban testimonios contados por forasteros venidos allende los mares motivó, que a varias comunidades las bautizaran Cuba.
Esparcidas por estados disímiles, encontramos el nombre de la Isla lo mismo en el centro del país norteño: Kansas, Illinois, y Wisconsin, o en los montañosos como Nuevo México, también en el Atlántico Nueva York y hasta en los sureños, como Alabama y Missouri. En fin, un amplio abanico de Cuba por los extensos Estados Unidos.
Es imposible referirnos a todas, pero escogimos al azar algunos escenarios para contarle sus memorias.
De la mano de un fotógrafo, Jim Richardson, descubrimos diversos datos de la Cuba de Kansas. Por los años 70 del pasado siglo, Richardson quería documentar la vida de los pueblos pequeños estadounidenses, dedicándose a retratar diminutas urbes en la Norteamérica profunda, ante el temor de su desaparición.
Cuba, Kansas, fue uno de esos lugares reflejados por su cámara. Fundado en 1868 por agricultores que se dirigían hacia el oeste al término de la Guerra Civil, lo llamaron Cuba después de que llegara al pueblo un personaje que embelesó a los colonos relatando historias de la lucha de los isleños por su independencia de España.
Por otro lado, Kathy B. Maher refiere en un artículo sobre ese asentamiento poblacional, que antes de ocupar su actual localización, cambió de lugar dos veces. Los primeros colonizadores llegaron a la región en 1866 y los demás poco tiempo después. Primero, construyeron una escuela-una cabaña de troncos con suelo de tierra y techo de tepe- y escogieron el nombre de Cuba. A principios de la década de 1870, los líderes de la comunidad decidieron que hacia falta una nueva escuela y una mejor ubicación, de modo que erigieron el segundo colegio cerca del primero, pero mudaron la entidad tres kilómetros al oeste. Para su consternación en 1884, el Ferrocarril Burlington y Missouri comenzó a operar una vía que pasaba a pocos kilómetros al sur de Cuba, así que mudaron nuevamente la ciudad. Hoy han desaparecido los trenes, pero la entidad perdura.
Cuba en Kansas es un pueblo con menos de 300 habitantes-según los datos de la enciclopedia on-line Wikipedia-rodeado de cultivos de trigo de temporada, con una plateada cisterna en forma de torre, anchas calles de grava, el edificio de la casa social, y en el centro de todo, la gasolinera.
Uno de los entretenimientos más populares en la vida de la villa, contados por el fotógrafo, son las carreras nocturnas a ciegas en cortacéspedes. Los espectadores se forman a los lados de las calles, cada concursante se sienta en su podadora con los ojos vendados y un copiloto ocupa un pequeño remolque enganchado en la parte trasera. Es una competencia de equipo en que el piloto debe conducir por la calle mientras el copiloto indica hacia donde virar, cuando rodear una de las pacas de heno distribuidas por el terreno, y así sucesivamente hasta que regresan al punto de partida. A veces se desvían hacia el público y todos echan a correr. Algunos se juegan la vida parándose a 15 metros de los equipos.

Ciudades habaneras
La Habana también fue un nombre que atrapó el gusto de norteamericanos, dos centurias atrás. La deducción deviene luego de conocer que existen alrededor de siete de igual nombre diseminadas por varios estados, aunque con ortografía diferente. Los ubicados en territorio de la Unión son: Havana. ¿El por qué de la uve?
En el sitio web Lo mejor de la Rewesletter (en español), Ralph Rewes escribió que originalmente la Habana se escribía con uve y así se copió entonces al inglés. Esta ortografía continuó durante toda la colonización de la América hasta principios de siglo, entonces días antes del fin de la guerra de independencia, un cubano y cito a Rewes, “erudito indigenista se le ocurrió pensar que los indios cubanos no pronunciaban la uve y que por lo tanto había que cambiar la ortografía de la “havana” por habana”. Y así se quedó Habana como capital cubana, pero no cambió la ortografía en las otras Havana.
Hubo quienes sacaron beneficio de esta sencilla reforma. En el norte de la Florida, cercano a la capital Tallase, está Havana, casi en la frontera con el estado de Georgia. Pequeña ciudad de tabacaleros en aquel entonces, el simple cambio de una letra les permitió vender sus habanos “made in Havana”, Florida” de forma legal. El nombre surgió posterior al de la capital cubana por la asociación con los puros, ya que allí predominó también el cultivo tabacalero, sin embargo, en los últimos años ha devenido en un centro de antigüedades y arte, incluso con tiendas especializadas. Hay una de armas antiguas de fuego y blancas y son casi objeto de culto.
También hay Havana en Kansas en el condado de Montgomery, con una población de 86 personas., según el censo del 2000. Hay 42 casas y 25 familias. Pero si llegamos a Arkansas encontramos otro en el condado de Yell County, con una población según el propio censo de 392 habitantes, 141 casa y 101 familias. En Illinois, o en Texas, también en Minnesota y en Dakota del Norte se reiteran las Havanas.
Desde la biblioteca pública de Havana, Illinois, nos puntualizan que originariamente se llamó Ferry Ross, instaló un ferry en esa zona en 1822. Allá han existido cerca de cuarenta fabricantes y factorías de tabaco y parece que ello influyó en la denominación final al pueblo. En la actualidad celebran un Festival del Tabaco.
Aunque cuentan viejas historias que primó para llamarse así que cerca estaba la isla de Belle Rose, como se denomina en la actualidad, en la desembocadura del Spoon River, a la cual se le conoció tiempo atrás con el nombre de Cuba, porque su contorno tenía un parecido con nuestra Isla. Entonces, los asentados en el territorio cercano empezaron a designar Havana a su caserío porque estaban al lado de “Cuban island”. Havana fue oficializada como ciudad en 1848. En 1900, la ciudad comenzó a conocerse como un centro de pesca y caza y en la actualidad es uno de los más importantes en ese giro en Estados Unidos.
Casi todos estos sitios son pequeños territorios en zonas rurales con pocos habitantes. La mayor parte de las veces ni aparecen en los mapas. Sus costumbres, idioma e idiosincrasias difieren de las nuestras, y puede que en sus paisajes y arquitectura tampoco coincidamos, pero un lazo invisible nos acerca: nuestros nombres.

Recuadro

Havana, Florida 1 713 hab. Leon County
Havana Illinois 3 577 hab Mason County
Havana Township, Minnesota 607 hab Steele County
Havana, Arkansas 392 hab Yell County
Havana Kansas 86 hab Montgomery County
Havana, Dakota del Norte 94 hab Sargent County
Havana, Texas 452 hab Hidalgo County

Recuadro
Cuba, Alabama, 363 hab Sumpter County
Cuba, Illinois, 1 418 hab Fulton County
Cuba, Missouri 3 230 hab Crawford County
Cuba, Nuevo México 590 hab. Sandoval County
Cuba, Nueva York 1 633 hab. Allegany County
Cuba City, Wisconsin 2 156 hab Mason County
Cuba, Kansas 231 hab Republic County


La extraña historia de los hermanos Angulo

La extraña historia de los siete hermanos que estuvieron 14 años aislados en un departamento en Nueva York

 

 Los Angulo con Crystal MoselleLos Angulo son tema de un documental dirigido por Crystal Moselle.

Durante 14 años los siete hermanos vivieron virtualmente aislados del mundo en un departamento en Nueva York.
Nunca asistieron al colegio, su madre los educó en la casa, y su padre -que tenía la única llave de la puerta del departamento- rara vez permitía que los seis varones salieran solos. La hermana y la madre jamás salieron de la casa.
Para pasar el tiempo, los seis hermanos Angulo se volcaron al cine, hacia la colección de videos de su padre.
Mirando películas una y otra vez, memorizando los diálogos y recreando los personajes de sus cintas favoritas de Hollywood, formaron su visión de un mundo que rara vez habían visto.
"Creo que la intención de nuestro padre era protegernos de los peligros y el crimen que él veía en el mundo exterior. Y nunca nos alentaron a comunicarnos con la sociedad", le cuenta Mukunda Angulo a la BBC.
"Creyó que podía hacerlo manteniéndonos aislados y apartados de cualquier interacción con el crimen y peligros que estaban ocurriendo en el exterior".

Ahora el mundo ha conocido la increíble historia de los hermanos Angulo gracias a un documental que se estrenó a principios de año: "The Wolfpack", ("Manada de Lobos") dirigido por la estadounidense Crystal Mosselle.

Todo empezó en Machu Picchu

Los seis hermanos Angulo, cuyas edades van de los 16 a los 24 años son Bhagavan, Govinda y Narayana (que son gemelos), Mukunda, Krsna, Jagadisa, y la hermana mayor, Visnu -que según se ha dicho- sufre un trastorno genético que afecta el desarrollo.
Son hijos de Oscar, que nació en Perú, y Susanne. Ambos se conocieron en Machu Picchu cuando Susanne, una hippy estadounidense que viajaba por Sudamérica, se encontró con el peruano guía de turistas en la "Montaña Vieja".
En esa época Oscar era seguidor del krishnaismo y por eso todos los hijos tienen nombres sánscritos.
La pareja se estableció en el Lower East Side de Manhattan, Nueva York, en un edificio de viviendas de ayuda social.
Lo que se desprende del documental es que Oscar, que nunca trabajó "por razones filosóficas", pensaba que el mundo era potencialmente inseguro y prefería que su familia permaneciera aislada dentro del hogar.
El único ingreso que recibía la familia era la compensación que la ciudad de Nueva York le daba a Susanne por educar a los niños en la casa.

Dos mundos

"Nunca salimos en invierno. Ni en otoño. Ni en primavera", le dice Narayana a la BBC.
Sólo salían en verano. A veces hubo hasta nueve salidas al año. En otras ocasiones sólo una. Y hubo un año en que no salieron nunca.
Pero las salidas siempre eran bajo la estricta supervisión del padre.
"Para nosotros existía un mundo en el exterior y otro mundo, el de nuestro departamento", agrega el joven.

El cine, sin embargo, fue la conexión que los mantuvo unidos al mundo. Y los hermanos se entretenían "produciendo" sus propias películas, copiando y memorizando diálogos y creando vestuarios y utilerías improvisadas.
"Las películas fueron nuestra ventana al mundo exterior" asegura Mukunda. "Fue una forma de mirar al mundo".
"Pero siempre estuvimos conscientes de la diferencia entre la realidad y la ficción".
Por ejemplo, "Reservoir Dogs" (Quentin Tarantino, 1992), era una "película perfecta" -dice Mukunda- porque había personajes para todos los hermanos.
El documental muestra la versión que hicieron de esta cinta: se les ve vestidos con trajes y corbatas negros, con anteojos de sol y empuñando pistolas hechas de cartón y cinta adhesiva.
"Sabemos que (esta película) es puro entretenimiento pero no puedes dejar de pensar que hay gente así (violenta) en el mundo real", afirma Mukunda.
"Es decir, las películas nos hicieron conscientes de lo que podía ocurrir en el mundo exterior".
Pero Mukunda asegura que en su casa también tenían acceso a los canales de noticieros en TV, "así que también estábamos conscientes de lo que estaba ocurriendo en la vida real y en la actualidad".

La norma

Cuando la BBC le pregunta a Narayana qué impacto tuvo esta forma de vida en su desarrollo, dice: "Cuando eres niño y estás creciendo, aceptas las cosas como son, aceptas tu vida como la norma".
"El mundo dentro de nuestro departamento era la norma. Pero fue cuando llegamos a la adolescencia cuando empezamos a darnos cuenta de nuestra situación", agrega.

Tal como le contó a la BBC Crystal Moselle, la directora de The Wolfpack, llegó un momento en que los jóvenes se rebelaron y decidieron salir de su encierro.
Y en una de las primeras excursiones que hicieron solos al exterior conocieron fortuitamente a Crystal Moselle.
"Fue pura casualidad", dice la cineasta. "Un día estaba caminando en Manhattan cuando un niño pasó por mi lado corriendo entre la multitud. Trás él corría otro. Y después otro, y otro, y otro".
"Me dejé llevar por el instinto y corrí tras ellos".

Moselle se acercó a conocerlos. Y durante los siguientes cuatro años se convirtieron en el tema de The Wolfpack.
"Lo que me llamó la atención fue lo increíblemente equilibrados que eran, lo inteligentes y bien educados. Me dijeron que todo se lo debían a su madre, que los había educado", dice Moselle.
"El día que los conocí Govinda me preguntó: '¿a qué te dedicas?'. Le respondí que era cineasta y me dijo muy serio: '¡Uy! a nosotros nos interesa entrar en la industria del cine'".
Moselle agrega: "Crecieron con una determinación en su vida. Así que una vez que salieron al mundo, sabían exactamente lo que querían hacer".

(Tomado de la BBCmundo)

lunes, 10 de agosto de 2015

Washington 1977: Episodios de antaño

Un momento inolvidable que presencié un primero de septiembre, treinta y ocho años atrás.
Por: MARTA G. SOJO
foto 2
Para tomar tierra en el Aeropuerto Nacional de Washington D.C., las aeronaves deben sobrevolar por el río Potomac hasta que encuentran la cabeza de la pista del aeródromo, y ahí realizar su operación final de posar su tren de aterrizaje. Esto es rutinario, sin embargo en 1977, hubo un detalle que hizo única aquella maniobra cotidiana y es que de aquel aeroplano, desembarcaron unos pasajeros no habituales: el grupo de cubanos llegados a inaugurar la Sección de Intereses de Cuba en Washington. En ese preciso momento, es cuando comenzó esta historia.
Era un reducido personal, pero nos sentíamos imbuidos de emprender una nueva etapa, tanto personal, como en las relaciones con un país con el cual desde muchos años atrás existían serias disparidades.
El proceso para encontrar vías en las relaciones de ambas naciones dio inició mucho antes. Su antecedente podemos remontarlo antes del 77, cuando el gobierno de Gerald Ford, emprendió por primera vez las conversaciones entre funcionarios de los gobiernos de Cuba y de los Estados Unidos para explorar posibilida-des de restablecer relaciones entre ambos países.
Ford no logró elegirse para continuar su primera magistratura. En su lugar resultó electo James Carter, quien propuso a la parte cubana reanudar el diálogo, lo cual condujo al acuerdo de dotar respectivas seccio-nes de interés, la de la Isla bajo la égida de las Emba-jada de Checoslovaquia y la estadounidense de Suiza, en las respectivas ciudades capitales de Washington y La Habana, con diplomáticos de los países correspondientes. Fue una variante propuesta por la contraparte norteamericana como paso intermedio que permitiera el contacto diplomático entre ambos gobiernos, sin llegar al paso superior de restablecer las relaciones diplomáticas.
Así se creó ese híbrido al cual denominaron Secciones de Intereses, dotadas de encargados de cada uno de los países, las cuales realizarían todas las actividades correspondientes a una embajada, pero no tendrían ese rango y seguirían bajo la cobertura, de las dos naciones europeas mencionadas con anterioridad. Luego de los cambios ocurridos en Europa del este, los suizos se hicieron cargo de ambas Secciones.
A cada sede se le asignó inicialmente un reducido número de funcionarios (en este caso diez), para no sobrepasar el máximo de once funcionarios en las respectivas misiones diplomáticas, que Cuba a comienzos de 1961, había exigido como número máximo para la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, lo cual en aquel momento acarreó la ruptura de relaciones diplomáticas ante la negativa de Washington de aceptar la demanda cubana.
La mansión de la calle 16
Cuban Embassy 4
Cuba era propietaria de una amplia casa que funcionó como su embajada en la época prerrevolucionaria en la calle 16 entre Euclid y Fuller. Su dirección oficial es 2630 16th St NW, Washington D.C. fue construida en 1916 o 1917, en el entonces exclusivo barrio Adams Morgan, ubicado en el cuadrante Noroeste de la capital federal. Y ese local del cual nuestro país era dueño, sería en lo adelante la Sección de Intereses, aunque requería hacerle algunas restauraciones. Hubo que emprender aquella misión prácticamente desde cero.
Nuestra embajada, según conocedores, posee un estilo renacentista italiano,particularmente inspirado en las líneas de la mansión del duque de Parma. Estaba exquisitamente decorada con muebles de época.
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En la primera planta existía un amplio hall de entrada con una ancha escalera de mármol y nueve habitaciones muy grandes utilizadas por los funcionarios de la Cancillería y al fondo una biblioteca. En el segundo piso están los salones de recepción: una gran estancia de tres habitaciones de tamaño medio, que se llamaba la Sala Azul o Sala de Música, el Petit Salon Maria Antonieta, y la Sala Verde.
También poseía un espacioso comedor contiguo al salón de baile. El tercer piso se destinó a la residencia oficial del embajador. En la parte trasera un hermoso jardín, de aproximadamente 400 por 150 pies.”
Allí nos encontramos algunas reliquias de la época en que fue construida. Muebles, lámparas de lágrimas, alfombras, tal vez persas, bastantes deslucidas Un techo, con un hermosísimo vitral con los escudo nacional y los de las seis provincias. El mobiliario de estilo se pudo restaurar de manos de un especialista, quien por cierto nos dijo, que no eran originales, pero sí reproducciones tan bien hechas que tenían gran valor.
FOTO 3 SOJO WASHINGTON 1977 EDIC 16   techo embajada de washigton 1
Según algunos comentarios de personas que escucharon versiones sobre el tema, dijeron que los postrimeros retoques se los dio el ya mencionado arquitecto Nicolás Arroyo, exministro de Obras Públicas en el gobierno batistiano. Aunque su estancia fue fugaz, alcanzó a decorar la casa con tantas antigüedades que la revista The Diplomat la calificó como “una de las residencias diplomáticas más bellas de la capital”.
Aunque el edificio nunca estuvo al garete porque el local lo habitó hasta que retornamos, un diplomático checoslovaco quien atendía desde el mismo edificio las solicitudes de diversas cuestiones consulares u otros menesteres de cubanos residentes en los Estados Unidos.
Pero el tiempo pasó y el deterioro hizo algunos estragos. Para ello, la arquitecta Sonia Domínguez, lamentablemente fallecida meses atrás, junto a un equipo de constructores cubanos que viajaron previamente a Washington para acometer la obra de remodelación, la cual llevó varios meses de trabajo.
Mientras que en la biblioteca aparecieron algunos documentos y fotos que mostraban cuadros y algunas otras obras que no encontramos en ninguna parte; dicen, y esto no está confirmado, que Nicolás Arroyo, el último embajador en el gobierno del dictador Fulgencio Batista, había sustraído creaciones pictóricas cuando abandonó el lugar. Todos estos documentos fueron revisados por la Dra. María Lastayo, ya fallecida, quien fuera enviada por la Biblioteca Nacional, para saber cuales textos y fotos poseían valor histórico y remitirlos para su resguardo en este centro en la capital habanera.
Según un texto encontrado en el lugar y el cual transcribo y traduzco en versión fiel, explica:
“Tan pronto como Cuba se convirtió en un Estado independiente, bajo los términos del Tratado de París que puso fin a la intervención armada de los EE.UU. en la lucha de los cubanos contra el dominio español, se estableció la representación diplomática en Washington. En 1902, el Gobierno de Cuba alquiló una mansión de piedra rojiza en 16 e I para albergar una Legación. Posteriormente, resultó demasiado pequeña y hubo que alquilar una casa más grande en la calle 18 cerca del Dupont Circle.”
“Durante la Primera Guerra Mundial el Gobierno cubano compró un terreno en la calle 16, entre Euclides y Fuller. Y erigió el edificio presentado, al que puso su empeño el Dr. Carlos Manuel de Céspedes”, el cual co-linda con la Embajada de Polonia y la de Lituania, a cada lado.
Seguía el texto diciendo que : La embajada era de un puro estilo renacentista, acorde con el modelo de la mansión del Duque de Parma.” Después continuaba regodeando la descripción de los salones, donde la entrada del hall posee una escalera de mármol.
He indagado sobre la construcción del edificio, ya que llamó mi atención que este escrito que hallé, se decía que el hijo del Padre de la Patria fue quien lo di-señó. No he podido localizar mucho en archivos. En-tonces, contacté con Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, quien muriera algún tiempo después, y este, aunque sin poseer muchos elementos sentía ciertas dudas que Carlos Manuel de Céspedes y Quesada tuviera la autoría del diseño del inmueble porque según me expresó, no tenía conocimiento que fuese ingeniero; sabía que era abogado con título nor-teamericano y francés. ¿No habrá una confusión con Carlos Miguel de Céspedes, el que fue Ministro de Obras Públicas? me dijo. También pregunté a Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad y coincide con la apreciación del fallecido Monseñor
El entorno
Desde nuestra ubicación, situada en la cúspide de una pequeña loma, podíamos divisar la vivienda oficial del presidente de Estados Unidos, a pesar de separar-nos cierta distancia. La calle 16 finaliza en la afamada Lafayette Square, así bautizada desde 1824 en home-naje al francés Marqués Gilbert de Lafayette y separada de la Casa Blanca por la Avenida Pennsylvania, un parque que da frente a la mansión presidencial.
Washington D. C., oficialmente denominado (Distrito de Columbia), es la capital de los Estados Unidos de América. Se trata de una entidad diferente a los cincuenta estados que componen dicha nación, y depende directamente del Gobierno federal de los Estados Unidos. El Distrito de Columbia fue fundado el 16 de julio de 1790, y en 1791 se oficializó, dentro del distrito, una nueva ciudad denominada Washington, al este de la ya existente Georgetown
WhiteHouseSouthFacade


En 1871 se unificaron los gobiernos de estas dos ciudades y del resto de poblaciones del distrito en una sola entidad, D. C. Se localiza a orillas del río Potomac y está rodeado por los estados de Virginia al oeste, y de Maryland al norte, este y sur. La ciudad de Washington nació como una ciudad planificada, y fue desarrollada a finales del siglo XVIII para servir como la capital nacional permanente, después de que diversas localidades ostentaran dicha posición desde la independencia del país.
Una etapa finaliza, otra da inicio
Así que el 1ro de septiembre de 1977, en horas de la mañana, en la Embajada de Checoslovaquia, se efectuó la ceremonia para marcar la nueva etapa de la Sección de Intereses de Cuba en los Estados Unidos y una ce-remonia similar se realizó en el edificio de la Embajada de los Estados Unidos en el Malecón habanero. Estuvo presente el subsecretario del departamento de estado entonces, Phillip Habbid, y el embajador de la república de Checoslovaquia, Jarolav Johanes.
foto 1 Noticia publicada el 2 de septiembre de 1977, sobre la apertura de la Sección de Intereses de Cuba en Washington. En la foto se ven al recién estrenado Jefe de la Sección Sánchez-Parodi, conversando con el Sen. George McGovern.





El instante presente, este 20 de julio de 2015, cuando finalmente, Cuba y Estados Unidos vuelven a ostentar las condiciones de embajadas, interrumpidas durante 54 años, se abre otra etapa. Como declarara el primer Jefe de la Sección de Intereses, Ramón Sánchez-Parodi, quien asistiera entre las figuras de la sociedad cubana al evento de reapertura, en Washington, “Es impactante volver, sobre todo al recordar a los compañeros con los que compartimos por 12 años de trabajo intenso en una tarea que nos dio la Revolución aquí, siempre con Fidel como guía bien cerca”.
FOTO 5 WASHINGTON 1977
Sánchez-Parodi junto a Wayne Smith,quien era el Jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Cubanos en el Departtamento de Estado cuando se estableció la Sección de Intereses con personal diplomático cubano en Washington 1977.


También Sánchez Parodi agregó en otro medio de prensa alternativo que le solicitó algunas declaraciones: “Vivimos un momento nuevo, donde todo hay que escribirlo, hay que hacerlo, hay que hacer un esfuerzo de ambas partes, partiendo de que tanto la parte cubana como la norteamericana quieren mejorar las relaciones…
¿Quiénes no quieren mejorar las relaciones? Los que tienen un concepto egoísta, los que no tienen un sentido solidario ni de independencia. Los que queremos una relación real, beneficiosa, útil para ambas partes somos los encargados de crear esta nueva historia.
¿Por qué ahora? Porque ha habido muchos años de una política fracasada y la resistencia del pueblo cubano ha obligado a grandes sectores de EEUU a reconsiderar la posición y abrir una nueva etapa. Por supuesto, las dos partes no ven las cosas iguales, y ese es un desafío, a pesar de ello relacionarse sobre la base del respeto, la soberanía, la independencia, la autodeterminación…estamos en esa nueva etapa.
foto 4 embajada washington1977 sojo edic 16
Jefes de la Sección de Intereses de Cuba en Washington
* 1977-1989 – Ramón Sánchez-Parodi Montoto
* 1989-1992 – José Antonio Arbesú Fraga
* 1992-1998 – Alfonso Fraga
* 1998-2001 – Fernando Ramírez de Estenoz-Barciela
* 2001-2007 – Dagoberto Rodríguez Barrera
* 2007-2012 – Jorge Bolaños Suárez
* 2012-Presente – José Ramón Cabañas Rodríguez