domingo, 20 de septiembre de 2015

El Papa Francisco:En el viento de La Habana

 Por Darío Pignotti

Desde La Habana

Francisco bajó del avión a las 16.04, en pleno viento de la época de
tormentas cubana. Las sotanas y guayaberas flameaban, su solideo se
voló. Unas cien mil personas saludaron el papamóvil, mientras Radio
Rebelde, la estación fundada por otro argentino, el Che, hacía una
cobertura especial sobre la visita de “Su Santidad”. Los mensajes
incluían criticar las medidas de EE.UU. sobre el embargo como
“limitadas” y darle bastante espacio a la presencia de Cristina
Fernández de Kirchner. Raúl Castro dio un discurso de bienvenida al
Papa que incluyó un tema de la presidenta argentina, “la
desestabilizadora” contra los gobiernos progresistas de Latinoamérica.

La Habana es una Babel de periodistas internacionales, peregrinos
venidos de Latinoamérica y Estados Unidos, turistas transparentes de
tan blancos que pasean con sandalias y medias por el Malecón, a la
altura del Monumento al Maine, el navío norteamericano hundido en 1898
cuando estaba fondeado frente a costa. Uno de los viajeros “gringos”
fotografía las dos columnas que recuerdan el incidente que sirvió de
pretexto para la invasión a la isla. Otros se desentienden del
monumento, que está a pocas cuadras de la embajada norteamericana
reabierta en julio pasado.

“Es bueno que el papa argentino nos venga a visitar –dice una de las
espléndidas morenas que pasean por el Malecón–. No soy católica pero
me doy bien con los católicos.” Esto es típico y si bien la acogida a
Bergoglio es afectuosa, expansiva, bien a la cubana, no se percibe el
fervor de México u otros países más arraigadamente católicos.

En la catedral, una joya de la arquitectura barroca, donde hoy estará
el Pontífice, decenas de jóvenes oraron y cantaron hasta casi la
medianoche del viernes, ellos sí con un entusiasmo místico. Los
cubanos católicos representan una minoría de una población que es “muy
religiosa” pero en su mayoría cultiva la santería, traída por los
esclavos africanos “como sucede en Bahía”, comparó ayer el teólogo
Frei Betto. “Francisco merece recibir el Premio Nobel de la Paz por
todo lo que ya ha hecho” para aproximar a los gobiernos cubano y
norteamericano. “El hecho de que el Papa haya venido a Cuba antes que
ir a Estados Unidos es un reconocimiento a la soberanía de este país.
Alguien se preguntó por qué eligió ir a Holguín, es porque es la
ciudad más cercana a la base de Guantánamo.”

Betto recordó que en los años sesenta, la revolución enfrentó una
verdadera sedición católica, con las iglesias funcionando como centros
políticos. Hasta hubo “un cura loco” que llevó 14.000 chicos a Estados
Unidos diciendo que “el comunismo los iba a apartar de sus padres”.
Sólo en los ’80 y en parte gracias a Betto, mejoraron las relaciones
con la institución.

Otro artículo de Hechos de Hoy, España:


Francisco, un táctico inescrutable que provoca ansiedad y esperanza 

 Francisco, táctico inescrutable que provoca ansiedad y esperanza Francisco, con su cartera en mano, en el momento de dejar Italia. (Foto: OR)

En el comienzo del viaje más trascendental del Papa, The New York Times trazó la dimensión del jesuita que derribó muros entre Barack Obama y Raúl Castro.

   


La Habana en ebullición con doble protagonismo de Argentina (ver en Hechos de HoyLa Habana, un hervidero con la alta misión que acompaña a Cristina).
Francisco partió de Roma y Cristina Kirchner lo hizo desde Buenos Aires. La presidenta de Argentina llegó al aeropuerto internacional José Martí tras su escala en Ciudad de Panamá a bordo del avión presidencial, el Tango 01. "Dos argentinos en Cuba es una experiencia maravillosa", dijo al llegar al Hotel Nacional de La Habana.
Desde el momento en que pisó Cuba mostró que será una de las protagonistas reivindicando su proyección de aliada número uno de Fidel Castro y Raúl Castro. Calificó de histórico el momento.
"Todo lo que está viviendo Cuba, con la llegada del Papa, la misa de mañana (domingo) en la Plaza de la Revolución, verdadero símbolo, y fundamentalmente por el afecto y el cariño que tenemos por el pueblo de Cuba, por su historia, por sus valerosas luchas, por sus logros, por sus conquistas y, por qué no, por sus victorias", dijo Cristina Kirchner. La embajadora de Argentina en Cuba, Juliana Marino, no descartó altas expectativas en este viaje de la presidenta.
El cambio de ansiedad y esperanza
En Cuba y Estados Unidos, la atención ya figura con fuerza en todos detalles que rodean el viaje del papa Francisco. Es la décima gira de Francisco durante su breve papado. Un Papa que parece querer ejecutar rápidamente su agenda como si tuviera el presentimiento de que las agujas de su reloj giran apresuradamente. de forma más vertiginosa.
The New York Times trazó un vigoroso retrato de Jorge Bergoglio, el jesuita que se convirtió en el papa Francisco, antes de su llegada a La Habana.

"Francisco, el primer Papa latinoamericano, dejó su vida en Argentina para tratar de crear un papado más humilde, aunque con grandes ambiciones. Su empuje para el cambio ha despertado la esperanza y la ansiedad", señaló.
"Días después de la elección de Francisco, la voz llegó a la oficina de prensa del Vaticano que el nuevo pontífice estaba celebrando de forma inesperada una misa de mañana. Otros Papas habían presidido anteriormente servicios por la mañana, cosa que el mundo y la oficina de prensa del Vaticano se darían cuenta que el Papa haría las cosas a su manera. Esta misa fue ofrecida en la pequeña capilla de la casa de huéspedes del Vaticano, donde Francisco había elegido vivir - no, como en años anteriores, en el ornamentado palacio apostólico. Sus fieles no fueron los cardenales de la Curia Romana, sino los jardineros, conserjes y trabajadores de la oficina del Vaticano. Y Francisco no solo la presidía, sino que al igual que el papa Juan Pablo II, la estaba oficiando y brindando, sin notas, como si fuera un simple sacerdote de la parroquia. Pero uno con un gran mensaje", destacó The New York Times.

"La iglesia pide a todos a cambiar ciertas cosas", dijo Francisco en una de sus homilías de la mañana, mientras se invoca una lectura de la Escritura de San Pablo. "El nos pide que dejar de lado las estructuras decadentes - son inútiles."

The New York Times subrayó el nuevo estilo en Ciudad del Vaticano. "El simbolismo de los servicios de la mañana, que Francisco tiene ahora cuatro veces a la semana, es claro: un papado más humilde, donde el Papa es ante todo, un pastor para el rebaño, no un rey. Pero un papado más humilde apenas significa ambiciones papales más humildes. Francisco no sólo está tratando de cambiar la Iglesia Católica Romana. Él parece decidido a cambiar el mundo".

En este análisis se afirma que "se espera que los Papas desafíen la sociedad, pero Francisco, de 78 años, que aterriza en Cuba hoy y se prepara para llegar a Washington el martes para su primera visita a los Estados Unidos, ha alcanzado una estatura global única en poco tiempo. Su humilde persona le ha hecho inmensamente popular, una figura sonriente sumergirse en multitudes en la Plaza de San Pedro. Habla en términos muy personales sobre personas desechados por la economía global, si los refugiados se ahogaron en el mar o las mujeres obligadas a prostituirse. Sus ampollas críticas a la destrucción del medio ambiente han aprovechado la atención del mundo".

The New York Times explica que Francisco es también es un táctico inescrutable cuya presión para cambiar la iglesia ha provocado ansiedad y esperanza - y algo de escepticismo. "Muchos conservadores proyectan sus miedos sobre él. Muchos liberales asumen que es un alma gemela. Otros argumentan que Francisco está menos preocupado por la izquierda o la derecha, ya que de lo que se trata de revertir es la disminución de la popularidad de la Iglesia en América latina y más allá".

"Francisco no ha revelado plenamente su mano. Pero ya su misión espiritual para poner a los pobres en el centro de la iglesia le ha permitido empuje al centro del debate mundial sobre cuestiones como el cambio climático, la migración y el post-2008 replanteamiento de la economía capitalista", sentencia The New York Times.

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