sábado, 17 de octubre de 2020

UNA COSTUMBRE AUTÓCTONA

Dr. Francisco Durán Garcíafoto acn

Por Alberto Enrique

Solo unos 200 días han bastado para sembrar una costumbre. Esta mañana me ha faltado y se ha producido un vacío. Una especie de desayuno acostumbrado que ha escaseado. Apurar los trajines mañaneros para sentarse uno delante del televisor y saludar al Dr. Durán García quien ya había hecho una comunión amistosa perfecta con quienes nos motivaba conocer sobre los resultados de primera mano y -como pan caliente acabado de salir del horno- hablarnos de las consecuencias de la Covid-19 en Cuba, las Américas y el resto del mundo. Papel y bolígrafo, records y cálculos comparativos con días buenos y malos, después el intercambio con vecinos y conocidos, con la familia, seguido de telefonazos y comentarios, todo eso se había hecho una necesidad. Esto ponía de manifiesto aquel dicho usado en el ámbito periodístico donde se decía que: hombre informado valía por dos y antes de coger la calle había que salir al tanto de lo ocurrido. Desde el punto de vista informativo creo fue un éxito, y no comparto la idea de que el espacio se hiciera cansón, repetitivo, según algunas personas a quienes les oí decir tales criterios. En la última conferencia de prensa, la 208, realizada de forma consecutiva el 11 de octubre, se cumplían exactamente siete meses de la entrada en Cuba de la fatídica enfermedad (11 de marzo). Ahora con cierto pesar solo veremos al Dr. Durán los viernes, pero ahí estará, para comentarnos cómo andan las provincias  en la fase de nueva normalidad y a las rezagadas cómo les va, también de su lucha contra los asintomáticos y de las advertencias sobre las medidas higiénico-sanitarias.  Muchas gracias, al director de epidemiología del MINSAP por sus preocupaciones y enseñanzas.

Durán…  ¡Seguiremos en combate!  

 

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