martes, 23 de junio de 2020

DE LA CONDUCTA Y LA HONRADEZ

Por Alberto Enrique

Quisiera realizar una encuesta en la cual solo entrarían dos preguntas: ¿Qué es el trabajo honrado, decente? Y ¿por qué para algunos esos patrones de buena conducta se han esfumado, qué les ha hecho cambiar? Puede responder.
Durante las últimas semanas la TV Cubana ha publicado acciones policiales contra personas  amigas de nadar en aguas turbias. Observo esos rostros de hombres jóvenes, y siento vergüenza ver cómo en este país existan personas contaminadas, deformadas, malintencionadas, que se pierden entre sustracciones, ocultamientos, provocando a la corta o a la larga escaseces para luego aprovecharse y establecer ventas a sobreprecio… En un manejo más que turbio.
No encuentro explicación posible. Los caminos de lo ilegal conducen a una especie de vicio que convierte a personas en aviesas, torcidas, individualistas, y se mueven contrarios al bienestar de todos, actúan contra la sociedad.
Solo ver sus caras y oír las respuestas que dan: ¡Qué ingenuos! ¡Escurridizos! ¡Qué mal explican o justifican sus ilegalidades! Da vergüenza todo eso. ¿Qué el dinero todo lo mueve o corrompe? Pero ¿a dónde ha ido a parar la dignidad y los principios enseñados en las escuelas y la sociedad cubanas?
Contra un impenetrable valladar se estrellaba cualquier insinuación, a uno le ensenaban: Más vale ser pobre pero honrado. Era un principio que dictaba la conducta y se llevaba por dentro.
Recuerdo aquel viejo dicho: “Los vivos, viven de los bobos” y cómo mi abuelo respondía: ¡Hasta un día!  Ahora pregunto: ¿Acaso pudiera continuar ocurriendo por mucho tiempo toda esa hecatombe social? Con fortaleza hay que romper la cadena de seudonegociantes: “Mira, yo no tengo pero conozco un amigo que sí, aunque un poquito más caro. Me avisas” Y con la precisa y la necesidad aparecía el receptador. Pero siempre hay un ojo que te ve y no se hable de denunciantes, no, es sed de justicia ante el abuso de intermediarios y revendedores, atracadores y expoliadores, inclinados todos a nadar en los mares de la delincuencia. 
Pero “a todo le llega su cuarto de hora”. Hemos comenzado a ver su transcurrir. Por fin hay decomisos y multas, hasta alguna que otra merecida prisión. ¡No demos respiro a los caminos de la ilegalidad! ¿Tolerancia? Cero. Vale más vivir del trabajo honesto y honrado, ahí radica su valor. En las viejas enseñanzas se decía también “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”
Veamos cómo José Martí estimó que “La honradez debía ser como el aire y como el sol, tan natural que no se tuviera que hablar de ella”.
Aprendamos del Maestro.

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