Por Alberto Enrique
¿Quién es un mercenario hoy en día? ¿Asalariado, servidor, esbirro? ¿Sicario, partidario, sometido? Son tantos los posibles apelativos, que si uno tratara de meterlos dentro de un saco, se desbordaría, no cabrían. De todos modos, me atrevo a decir que todos esos y muchos más epítetos son aplicables a los vende patrias o traspasados al lado contrario, son quienes dan de sí y a cualquier precio su entrega incondicional en contra de sus coterráneos.
Haber nacido en un territorio, bajo un mismo pabellón, da derecho a una nacionalidad pero si se está en la vertiente opuesta, con ideas promovidas desde los principales cubiles para estimular estilos de vida falsos, han sobrepasado límites éticos. ¿Cómo calificar entonces esa entrega de principios? parece propia a la de un soldado o legionario, y actúan así a cambio de una paga. Buscan vías o modos, con el fin de crear afectaciones, dañar, y favorecer a los mecenas que son quienes les insensibilizan, aturden y exigen determinada misión; pero a la corta o la larga, en cierto momento les eliminarán; ése es un hecho demostrado a través de la historia.
Cuba lucha por el mejoramiento de la nación desde hace más de 60 años y ha tenido que afrontar para ello todo lo humanitariamente posible. Mercenarios de toda calaña han sido nuestros adversarios. Ahora, en estos días se manifiestan por medio de la llamada guerra blanda y tratan con su sucio manejo corromper, dinamitar la tranquilidad de la nación mediante publicaciones en las llamadas redes sociales. En estos manejos no hay diplomacia; sí, enloquecidos intentos que los llevan a fabricar “denuncias”, inventar “crisis”, quieren provocar “manifestaciones populares”, ejercer el hipercriticismo, los infundios conocidos como fake news… El dinero les viene por la canalita, de las manos de los poderosos.
Persiguen un objetivo: confundir a determinados grupos, sectores o personas específicas de nuestra sociedad y dar una imagen incoherente de nuestro país. A veces leo los infundios publicados por Internet para conocer “por donde le entra el agua al coco”. Entre los portales digitales aparece una virulenta y despreciable “agencia de prensa” con el nombre ADN CUBA, además sustentada económicamente por personeros del gobierno yanqui.
Habría que despejar dentro del mundo de la política cómo interpretar los intereses que persiguen. A flor de piel está su veneno y sus utilidades. No hay sensatez en sus mensajes, salvo la mal sanidad que manejan a través de ofensas, insultos, calumnias, inexactitudes, mentiras… son métodos bien conocidos.
Aunque uno pudiera precisar detalles de cómo siguen las pautas trazadas por los peones más recalcitrantes del imperio yanqui y la estrategia que aplican para destruir la causa revolucionaria cubana. Véase con cuidadosa observación el actuar de sus marionetas o peleles quienes operan y provocan en distintos planos a gobernantes y personalidades de nuestra nación, además promueven la más pérfida agresividad.
Según una tal Tania Bruguera, la cual dicen que es artista plástica -incitadora por excelencia-, dicta o recita: “Resistir no es suficiente. Las calles no son suficientes. Sé un Ciudadano Activo: demuéstrales que no tienes miedo. Aprende el lenguaje del poder, usa los verbos a los que le tienen miedo, revela públicamente sus peores pesadillas, actúa por ellos.
“Compórtate a escala 1:1 con los que consideras responsables. Ríete inteligentemente, pero nunca por adelantado. Ríete después que hayas logrado tu objetivo, después que los responsables hayan sido puestos en su lugar, los hayas puesto en conflicto consigo mismos y se hayan convertido en incoherentes porque les quitaste su poder con un simple gesto humano.
“No te rías de lo que hacen, ríete de lo que pudiste hacerles. Lo que sabemos no es suficiente. Se persistente sin cansar a los demás. Utiliza formas y acciones que sean legibles para la resistencia, pero nuevas para los represores. El tiempo que tienes para actuar es el tiempo que a ellos les tome para responder a tus acciones. Sentirse bien no es suficiente, hay que crear un Momento Político.” ¡Extensa la muchacha! ¿Verdad?
Desde otro ángulo expresó una congresista cubanoamericana, María Elvira Salazar, sobre el tema musical Patria y Vida: “¡Felicito a todo aquel artista que utilice su obra y talento a favor de la libertad y la democracia!”. Sí, pero se está inclinando por la pendiente contrarrevolucionaria de los autores de la canción.
También Bob Menéndez, demócrata y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, según ADN CUBA este político yanqui es de origen cubano, y “apoyó la petición de un grupo bipartidista de congresistas y alcaldes al gobierno de EEUU, para que no suavice la política hacia Cuba si no hay avances hacia la libertad y la democracia en la isla”. ¡Qué lindo!
En tanto, la agencia venenosa planteaba que “La líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, entregó a diplomáticos de EE.UU, una carta para el presidente, Joseph Biden”. ¡Vaya, vaya… buscan renacer y que les den su tajada!
Concluyendo. Están queriendo dar una tonta imagen de efervescencia interna, aunque con ello más que todo buscan concentrar un falso estado de opinión, una imagen contestaria al borde de las desfachateces, las insolencias, las desvergüenzas, los insultos ¿sí o no? Tampoco es una escuela de periodismo ni cosa por el estilo lo abordado por la aludida agencia.
Solo veo una estrategia manejada para crear una situación generalizada “sobre algo que sucede en Cuba”, aunque muy distante de la realidad de cómo vive y lucha este heroico pueblo a pesar de todo cuanto queda por hacer, pero sigue adelante en beneficio de no perder lo logrado. Tras 60 años de nuestra viril batalla de resistencia, son incapaces, cegatos, todavía no ven que nadie aquí quiera anexión de ninguna índole. Por ello la respuesta es contundente: siempre cerraremos filas ante cualquier intento.
Sobre el caso que nos mueve a la reflexión puedo resumir: estamos frente a disidentes manifiestos aunque algunos de ellos hayan mal nacido en esta tierra, y diga quien lo diga, sea ADN o aquellos quienes se presten a infundir infamias o asechanzas, que vamos paso a paso pero avanzando y nunca le daremos tregua a quienes traten de asfixiarnos. Según el saco que quieran usar, recuérdenlo bien, desde lo más profundo de la patria les va la advertencia de Baraguá o Las Coloradas: ¡No nos entendemos! y ¡Aquí no se rinde nadie!
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