lunes, 8 de marzo de 2021

SEGUIR DESPUÉS

 

Por Alberto Enrique

Siempre ha habido un inicio, una primicia, y un después; por esa razón se precisa invariablemente de un punto de partida, de un comienzo. Así en Cuba hemos tenido muchas iniciaciones. No imagino algo distinto porque la arrancada ha presidido nuestras vidas como actores o espectadores en cuantiosos eventos, sucesos, acontecimientos, hechos.

-Por esas mismas razones recuerdo aquello de “Cuba, primer territorio libre de America” o cuando  la alfabetización del país fue declarada el día 22 de diciembre de 1961, ambos significados llegaban  a  profundidad para todos. Son tantos los momentos cruciales en la historia patria. Declara Luisi Romero -vecina de mi edificio, una señora mayor pero afilada en múltiples contiendas y que no guarda recelos ni tapujos-.

-Ya Fidel en su alegato de autodefensa tras el asalto al cuartel Moncada expuso el proyecto más revolucionario jamás escuchado con anterioridad, y para llevarlo a vías de hecho hubo que comenzarlo en las montañas orientales y después ser extendido al resto del país. Y tuvimos un feliz Primero de Enero.

-Los corazones de la gente latían con fervor, las nuevas leyes ratificaban lo prometido en la plataforma que representó el alegato de defensa por el asalto al cuartel santiaguero del Moncada. Una tras otra serían devueltas las riquezas del suelo y las industrias a sus verdaderos propietarios. Muchas de las mejores extensiones de tierras y enormes fábricas productoras de azúcar eran explotadas por firmas extranjeras principalmente norteamericanas, estas no aceptaban pasar a manos de la nación cubana, tampoco el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica. Y ahí se armó el tripilingo.

-Invasión armada, incendios, sabotajes, alzamientos de fuerzas contrarias, asfixia exterior en el mundo de las finanzas, en la diplomacia y el comercio internacional, atentados, intentos de magnicidio… Entonces hablamos hoy de 60 años de resistencia. Pero no ha habido un resquicio por donde no hayan querido dañarnos o introducir el ansia de derrota en un proceso que dignificó por entero a esta nación antillana. Después vimos cuestiones inauditas: quien pintara alguna debilidad, ahí les metían la propuesta para que “se viraran” y dieran la espalda. Porque aquella es gente tramposa.

-Hablando de ideología -plantea ahora Luisi- todo eso viene desde lejos pero en los tiempos modernos han minado las mentes ofreciendo un mundo lleno de riquezas y adelantos. ¡Ah!, ya no hablan de clase media acomodada o generalizada, la cual propugnaba antes los Estados Unidos.

Variaron ahora sus enfoques, se dedicaron a repartir un nuevo producto, una tecnología que corrompe, seduce, envicia. Es imposible volver al periodo de las cavernas, claro, vivimos una época con expertos manipuladores que envuelven a nuestros hijos con innovadores cantos de sirena a través de las comunicaciones internacionales y las redes que no son tan sociales pero que las usan a su antojo.

-Como no han podido destruir a la Revolución a pesar de todos sus experimentos y los traspiés inventados -ilustraba Luisi-, sembraron entonces a corto y largo plazo la división de la nación cubana desde lo interno. Se propusieron despedazar a la familia cubana empleando técnicas hasta de marketing pues no han cesado de vender su estilo de vida, y los ratoncitos caen en la trampa ante las carencias, necesidades básicas y superfluas, convirtiéndoles así en emigrados económicos, con ello han pretendido debilitar nuestros corazones.

-Por ejemplo, ya nadie recuerda aquellos remotos tiempos en que promovieron el caso de la llamada Operación Peter Pan, mediante la cual   desgajaron un número de familias que  ante temores infundados enviaron para Estados Unidos a sus niñitos solos, “a la buena de Dios”, ¿resultados? una gran parte de ellos se hicieron personas infelices para toda la vida.

También estuvo presente el cebo invariable a los profesionales cubanos desde los mismos inicios, prometiéndoles a cambio villas y castillos, por cierto, no tan cumplidos; finalmente, en generaciones más acá han hecho prevalecer la desidia, el descontento. Carcomer ha sido su método. Hasta nos aplican aspectos no convencionales de una constante guerra con técnicas que les llaman sin violencia, mire usted.    

-Son tantos los ejemplos que al efectuar un recuento, uno mismo que se aprecia de haberlo vivido todo -apunta-, hasta nos asombramos de la magnitud de los daños que nos han hecho sufrir. Pero, ya ves, seguimos adelante. Fidel planteó que este sería un país de hombres de ciencia y ahí están, batiéndose ahora con los medicamentos apropiados para los enfermos de Covid, sólo quedan horas para acceder masivamente a las vacunas Soberana y Abdala.

-Esta es la grandeza de nuestra Cuba y todo cuánto ha de seguir después. Deja que los yanquis acorralen, que se romperán la frente contra el piso como ha sido hasta ahora. Tenlo por seguro porque aquí continuaremos sembrando bienestar.

Estoy de acuerdo contigo, Luisi, le respondo. ¡Nos vemos!

Finaliza esta conversación con satisfacción, ambos convencidos de lo grandioso que ha sido formar parte del acontecer, seguros de contar con   una patria embravecida, digna; y con firmeza como planteara nuestro José Martí, hemos de continuar la defensa de la nación enarbolando una de las doctrinas precisas del Maestro, señalaba él que la nación es “Ara y no pedestal” y la hacemos nuestra hoy porque vale más salvaguardar la patria como altar sagrado y no escenario de vanas exigencias.

Hay que seguir triunfantes ahora y después, con la bandera bien en alto porque siempre hemos de ir adelante. 

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